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¡Ha muerto Carlos Gardel!







efensor de la tristeza, trapecista del ensueño,
fuiste igual que una gamuza pa dar lustre a la ilusión.
Con tu muerte, che Carlitos se nos viene abajo el tango.
Palpitate qué programa... ¡Palpitate qué emoción! ...

Ya que todo se ha concluido; ya que sos un cuerpo helado,
voy, Gardel, a retirarme; no te quiero molestar.
Descansá, dormí tranquilo... Buenas noches, che, Carlitos...
¡Pobre hermano! ... ¡Ya te fuiste!... ¡Cha, qué ganas de llorar!
¡Quién pensará! ¡Cha, qué pena!... ¿Pero es cierto?... ¿No delirio?...
Yo no sé cómo mi pluma no se atranca en el papel.
¿Es posible tanta yeta? ¿Dónde está la gran justicia?
Se quedó sin luz el tango... ¡Se murió Carlos Gardel!

Tengo un nudo en el garguero... ¡Como cincha el de la zurda! ...
El farol se vino abajo; viste sombra el arrabal.
En el árbol del Suburbio ya no canta el pajarito.
El Destino, de un hondazo, basureó nuestro zorzal.

Te plantaste, che, Carlitos. ¡Pobre hermano! ... ¡Quién diría!
Vos que fuiste el meta y ponga de la lírica canción,
te rajás, cuando la davi te tenía a puro ensueño;
te rajás cuando la gloria te ligaba su bombón:

Sin tener el gran gustazo de volver a Buenos Aires,
sin poder a los muchachos en tus brazos estrechar,
muy distante de nosotros, de la barra noble y rea,
yo no sé por qué motivo se te dio por atorrar.

¡Qué vacío, che, Carlitos! Si parece sólo un sueño...
Quién batiese que te has muerto... que ya nadie te ha de ver...
Tan farrista que vos eras... Tan pelandra y buen amigo...
Che, Carlitos, ¿pero es cierto que ya nunca has de volver?

¿Y la mersa?... ¿Los chochamus?... ¿Los que siempre te han querido?
¿Los largás así parados?... No hay derecho ni razón.
Sin un "chau" , sin un abrazo... ¡Qué solitos nos quedamos! ...
¡Pucha digo, cómo bronca... cómo bronca el corazón!

Se acabaron las garufas en los patios orilleros.
El tauraje, dolorido, no hace más que rezongan.
Y las violas, enlutadas por el frío de tu muerte,
con la boca bien abierta, no se cansan de gritar.

¡La gran siete! Te plantaste. Se dio juego de sepulcro...
Cuántas minas, amargadas, sacan punta a la emoción.
¡Qué de fuelles, encogidos, arrugados de tristeza,
me parecen curas negros, masticando una oración!

Vos que fuiste el mozo papa de las grelas soñadoras,
el cantor de radio y cine, sin engrupes de bacán,
¡cuantas veces, en la cana de una noche macanuda,
pa meter a las estrellas, te empilchaste de gotán!

¡Ah, Gardel, si vos supieses cómo llora la milonga! ...
Las pebetas se hacen cruces; tu rodada las quebró.
Los gaviones, lagrimeando por adentro y por afuera,
baten, locos, descolados: "Gardelito se murió".

Con tus gauchos guitarristas -esos taitas de la viola-,
con el noble y gran Le Pera, la rumbiaste pal cajón.
En el tango de la muerte no quisieron olvidarte.
¡Me los veo a los muchachos en la triste introducción!

Tu cantar, hecho de sangre; tu cantar de vionga macho,
donde todo era deschave de grandeza espiritual,
puso siempre en cada cuore la verdad de tu requiebro,

siendo el símbolo debute de¡ chipólico arrabal.



Iván Diez